OTRA VIDA
He estado 4 días exponiendo
mis orgonitas y productos naturales para la higiene personal elaborados por una
amiga en el mercadillo de navidad de Lorca. Si tuviera que valorar los
resultados solo por objetivos económicos diría que dichos resultados no fueron
buenos, cubrir gastos y poco más por 12 horas diarias en el mercado, montaje,
desmontaje y transporte del puesto, elaboración de los productos que exponía,
etc. no es un buen resultado.
Pero también constaté que hay gente que escoge su forma
de vida sin necesitar que lo que hacen se anuncie en la televisión. Conocí a
personas creativas que querían vivir así, creando, que eran capaces de hacer
figuras con almas de alhambre, almas que estaban preparadas para que la
imaginación de quien las comprara les diera la vida. También hablé con gente
cuya alegría y energía eran tan desbordantes que irradiaban a todos los que
teníamos la suerte de estar a su alrededor, que se habían recorrido la
provincia y se habían quedado sin dinero literalmente, con el vehículo parado y
sin combustible a la entrada de Lorca, pero eran felices por vivir hoy y tener
asegurada la vida del día siguiente. Qué decir de un pintor cuyos cuadros
mostraban fuerza, espíritu resistente y combativo, y que en sus ratos libres,
que eran muchos por desgracia, se dedicaba a tocar la guitarra con bastante
peor fortuna que el pincel, pero con idéntica e indomable voluntad y una voz de
cazalla que denotaba que el sufrimiento le había hecho fuerte. Todos ellos eran
capaces de sonreír, apenas sin haber vendido nada, mientras cenaban cuando
cerraban el puesto por la noche sentados en el bordillo de la acera y a la luz
de la luna, incluso trabajaban con una gracia innata intentando vender casi sin
voz debido a un potentísimo resfriado que le provocaba una tos asfixiante, pero
cuyas frases alegraban la vida a todos los que le rodeábamos.
Por último, también pude ver a gente, digamos de vida
considerada por el sistema como normal, que sin poder comprar casi nada debido
a la escasez de dinero, sí que empezaban a interesarse de verdad por la
creatividad, y aunque no podían valorarla con monedas porque no las tenían, sí
que valoraban el trabajo, el por qué se creaban esas cosas que contemplaban y
qué beneficios les podría producir su uso. En mi caso, hubo gente que se llevó
información sobre lo que eran de verdad las orgonitas y lo que podían aportar
de bueno a su vida, y que al día siguiente vinieron y compraron porque habían
comprendido, gracias a su afán de buscar alternativas, que lo que se llevaban
les valía la pena.
A toda ésta gente a la que me he referido en éste
comentario les doy las gracias más sinceras por darme fuerzas para seguir
creando y creyendo en lo que hago. También hubieron seres humanos que
escogieron éste mercadillo para mostrar sus piezas de desdén por todo lo que
les rodeaba; pero de ellos no voy a hablar, bastante tienen con quedarse
siempre a las puertas de algo tan grande que los supera.